Tributo en EEUU por centenario de icónica bailarina Maria Tallchief

Nueva York, 20 ene (Prensa Latina) Este año se cumple el centenario de la ampliamente considerada como la primera prima ballerina de Estados Unidos, Maria Tallchief (1925-2013), y el New York City Ballet lo celebra.
La institución, cuyas filas integró la homenajeada, anunció un programa que incluye algunos de los papeles más famosos de esta icónica bailarina nativa americana: «Firebird», «Sylvia: Pas de Deux» y «Scotch Symphony», según reportó el diario New York Times.
Incluye un pas de deux considerado por Tallchief como el más romántico que su esposo, el coreógrafo ruso George Balanchine, creó para ella.
Los logros de esta bailarina han sido celebrados con premios como la Medalla Nacional de las Artes (en 1999) y también con honores más inusuales: hay una moneda de veinticinco centavos de Maria Tallchief e incluso una Barbie de Maria Tallchief.
Pero su legado se basa en lo que aportó a la forma de arte en las décadas de 1940, 1950 y 1960, de acuerdo con la fuente.
A propósito del centenario de la destacada figura del ballet estadounidense, medios especializados reseñan que fue una india osage que escapó de la matanza de su pueblo y llegó a brillar en la ûpera de París.
Su tribu de indios americanos ※los osages※ fue acosada y masacrada, hecho que cuenta el afamado cineasta Martin Scorsese en su reciente película Los asesinos de la luna.
Poseían entonces petróleo y derechos mineros en sus tierras a principios de siglo; sin embargo, esos derechos entrañaban peligros para la nación osage pues colonos blancos atacaron e incluso asesinaron a nativos para acceder a sus derechos petrolíferos.
Pero Tallchief pudo escapar de esa matanza y convertirse en la primera gran estrella de ballet de Estados Unidos.
Betty Marie Tall Chief (Fairfax, Oklahoma; 24 de enero de 1925-Chicago, Illinois; 11 de abril de 2013) nació de padre osage y madre escocesa-irlandesa.
Entre 1942 y 1947 estuvo con el Ballet Russe de Monte Carlo, pero es más conocida por el tiempo que estuvo en el New York City Ballet entre 1947 y 1965.
En los años 30 y 40 del pasado siglo, el ballet todavía se consideraba un arte europeo, y si bien las filas de las compañías estaban llenas de bailarines de diferentes nacionalidades, incluidos los estadounidenses, las estrellas eran principalmente rusas, aunque solo fuera por su nombre artístico.
Entonces el público pensaba que quería ver bailarinas rusas, hasta que llegó Tallchief. El modelo de bailarina se estaba transformando, y también lo estaba haciendo el ballet americano, comentó el New York Times.
Su fama coincidió con el momento en que la televisión estaba sustituyendo a la radio y la gente podía sintonizar las principales cadenas para verla bailar.